VENDAJES

 FINALIDAD DE LOS VENDAJES:
 Son muchas las situaciones por las que un vendaje está indicado. Por citar algunas, podemos destacar que pueden emplearse para proporcionar apoyo a un miembro, controlar la inflamación, limitar el movimiento de una articulación, sostener otro vendaje en posición (férulas), fijar apósitos en heridas, favorecer la hemostasia de un punto sangrante de forma provisional o definitiva, activar el retorno venoso de las extremidades, promover la absorción de líquidos tisulares, y proteger la piel a fin de evitar erosiones por roce.





GENERALIDADES DE LOS VENDAJES:

 A menos que el profesional de Enfermería tenga realmente un conocimiento completo de las razones de porqué aplicar el vendaje, no sabrá que tipo de venda escoger o cómo aplicarla correctamente.





La presión sobre los tejidos puede afectar a la circulación. El vendaje se aplica siempre desde la parte distal hacia la proximal del cuerpo, para facilitar el retorno de sangre venosa hacia el corazón. La presión con la que se aplican los vendajes debe considerarse siempre desde el punto de vista de no comprometer la circulación sanguínea, para evitar que se produzca un déficit de nutrición de las células en la zona vendada o una alteración en el retorno venoso. Por este motivo, se deben comprobar periódicamente para estar seguros de que no existe ninguna interferencia en el suministro de sangre a la región vendada o distal a ella y, siempre que sea posible, dejar11 descubierta la porción distal de la extremidad para poder valorar las alteraciones circulatorias por presión. En este sentido, cabe considerar que cuando se aplica un vendaje sobre un apósito húmedo, hay que prevenir la retracción, pues el vendaje también se humedecerá y posteriormente se secará, retrayéndose y produciendo una mayor presión sobre la zona.





TIPOS DE VENDAS

 MATERIALES Y SU UTILIDAD
• Venda tubular de algodón extensible: Es un tubo extensible de algodón entretejido que se aplica directamente sobre la piel antes de colocar un yeso o cualquier otro vendaje. Evita roces, escoceduras, irritaciones, etc. Evita que el vello se adhiera al yeso impidiendo así molestias y picores. Existen distintos tamaños dependiendo de la zona corporal que se vaya a vendar (desde el tamaño inferior para los dedos, hasta el más grande para el tronco).



• Venda de gasa: Es un rollo de algodón entretejido, suave, poroso y ligero que se amolda fácilmente a cualquier contorno. Por su poca consistencia, su uso se limita a la sujeción de apósitos.




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• Venda elástica (crepé color carne): Formada por algodón con un entretejido elástico de goma. Se puede utilizar para sujetar otros vendajes (férulas), para proporcionar compresión en lesiones agudas y para favorecer el retorno venoso de las extremidades. El vendaje elástico es flexible y cede durante su uso, por lo que resulta inadecuado para el sostén a largo plazo. Tiene la ventaja de que se puede lavar y volver a utilizar.





• Venda de algodón: Rollo de algodón hidrófilo para almohadillado y protección de la piel antes de aplicar un enyesado o cualquier otro tipo de vendaje que produzca compresión. En el mercado existen las modalidades de algodón natural y sintético para utilizarlos según la sensibilidad del paciente. 





• Venda de papel: Rollo de papel que se utiliza encima del algodón para evitar que se endurezca o se pegue al yeso. También se puede utilizar como protector de la piel cuando se utilizan vendajes adhesivos para evitar reacciones de hipersensibilidad.





 • Venda de espuma: Rollo de espuma elástica muy fina que se utiliza como prevendaje para protección de la piel antes de la aplicación de una venda adhesiva o tape. Por su consistencia y elasticidad, es la más indicada para realizar un vendaje libre de arrugas.





• Venda elástica adhesiva porosa: Rollo de venda porosa con una cara adhesiva. Este tipo de vendaje es firme, flexible y sus propiedades adhesivas proporcionan una fuerte sujeción. El adhesivo permite que la piel transpire y que el exudado y el sudor salgan aun cuando las capas se superpongan. A pesar de que el riesgo de maceración es mínimo y que el fabricante aconseja su uso directo sobre la piel para conseguir un mayor efecto, este vendaje suele aplicarse sobre una capa Tensoban, de algodón o papel que protejan la piel dado que se han descrito reacciones de hipersensibilidad en numerosos pacientes a los que se les ha aplicado, produciéndose importantes lesiones cutáneas que en algunos casos precisaron de injertos para su curación.





• Venda elástica autoadhesiva o cohesiva: Rollo de venda formada por fibras de poliéster apretadas sin tejer. Se adhiere a sí misma pero no a la piel. No interfiere con las funciones normales de la piel y no es alergénica. Proporciona una sujeción estable pero flexible, siendo poco voluminosa. Si se aplica superando su elasticidad, se puede utilizar como sostén permanente de ligamentos (vendaje funcional)





. • Venda de yeso: Venda elaborada con un tejido especial de algodón entrelazado, cuyos bordes no se deshilachan y que está impregnado en yeso. El tejido entrelazado evita que se pierda la masa de yeso y por tanto cada vendaje tiene un contenido de 90% en yeso, esparcido por igual a través de toda la extensión de la misma venda. Es extremadamente útil para una inmovilización total.





 • Férula metálica: Lámina metálica, normalmente de aluminio por su ligereza y maleabilidad, cubierta en una de sus caras por una gruesa capa de gomaespuma. Se utilizan sobre todo para inmovilizar los dedos de las manos, aunque existen en el mercado diversos tamaños que permiten su uso en zonas más anchas como la muñeca y el antebrazo.





• Tape: Rollo de esparadrapo de tela confeccionado de tal modo que es totalmente inelástico. Se utiliza fundamentalmente para vendajes funcionales, en los que se pretende contener el movimiento únicamente de la parte lesionada de una articulación permitiendo la movilidad del resto de estructuras de la misma.





 ELECCIÓN DEL TIPO DE VENDA SEGÚN EL OBJETIVO





• Vendajes de soporte: Estos tipos de vendajes se utilizan principalmente para sujetar apósitos, aplicar bolsas de frío o calor sobre una zona, o proteger alguna zona del cuerpo (cabestrillo por ejemplo). Para su realización utilizaremos sobre todo las vendas de gasa de ancho apropiado. De todos modos, para este fin también podremos hacer uso de vendas elásticas no adhesivas, vendas de algodón (sobre todo cuando vamos a vendar una herida muy exudativa), vendas cohesivas e incluso las mallas tubulares de algodón para zonas de difícil vendaje como puede ser la cabeza/cara o el tronco.





• Vendajes compresivos: El vendaje compresivo lo utilizaremos para reducir o prevenir inflamación después de un traumatismo, para proporcionar una inmovilización relativa de un segmento corporal lesionado y para favorecer el retorno venoso. Del mismo modo, podremos utilizarlo para ejercer presión sobre un punto sangrante con el fin de cortar una hemorragia. Para ello, utilizaremos vendas elásticas no adhesivas, adhesivas o cohesivas dependiendo del grado de inmovilización que queramos proporcionar. Así, según el grado de inmovilización y la durabilidad requerido las utilizaremos según el siguiente orden (de menor a mayor grado): elástica no adhesiva, elástica cohesiva y elástica adhesiva. Como materiales accesorios también se pueden utilizar las vendas de algodón, de espuma, de papel o la malla tubular de algodón, siempre con el objetivo de proteger la piel.





• Vendajes inmovilizadores: Este tipo de vendaje va a estar indicado siempre que se persiga una inmovilización completa de un segmento corporal. Para realizarlo utilizaremos las vendas de escayola y las férulas metálicas. De forma accesoria podremos utilizar el resto de vendajes. Así, podremos hacer uso de la malla tubular, la venda de algodón y la venda de papel para proteger la piel; y de vendas elásticas y de gasa para sujeción de férulas. Cuando la inmovilización que vamos a producir esté dirigida a una sola parte de una articulación, dejando libre el resto de dicha articulación (vendaje funcional), utilizaremos el tape.





 FORMAS DE VENDAR





 CÓMO COGER LA VENDA:

 Parece obvio decir que iniciaremos el vendaje sosteniendo el rollo de la venda en una mano y el extremo inicial en la otra. A pesar de ello, enseguida nos encontraremos con la duda de en qué posición debe estar colocado el rollo de la venda. Pues bien, tanto la bibliografía como la práctica dicen que éste debe estar colocado hacia arriba en relación al extremo inicial de la venda, de modo que se facilite su deslizamiento sobre la cara interna de ésta y que sea la cara externa la que entre en contacto con el paciente.


 TIPOS DE VUELTAS DE UN VENDAJE:
 Hay cinco vueltas básicas del vendaje, y son las que se utilizan para dar variedad a los vendajes que se aplican en las diversas partes del cuerpo. La combinación de unos con otros y la práctica adquirida por el profesional de Enfermería llevará a una optimización máxima para la consecución de los fines perseguidos a la hora de aplicarlos.

• Vuelta circular: Se usa para vendar una parte cilíndrica del cuerpo o fijar el vendaje en su extremo inicial y distal. En una vuelta circular, el vendaje se enrolla alrededor de la zona de modo que cada vuelta cubra exactamente la anterior. Suelen usarse dos vueltas circulares para iniciar y terminar un vendaje. Para proporcionar comodidad, los extremos inicial y terminal no se deben situar directamente sobre una herida. Dado que cada vuelta de la venda cubre por completo la vuelta anterior, el ancho del vendaje corresponde al ancho de la venda misma.



Vuelta en espiral: Se utiliza para vendar una parte del cuerpo que es de circunferencia uniforme. El vendaje se lleva hacia arriba en ángulo ligero, de modo que sus espirales cubran toda la parte que se desea. Cada vuelta es paralela a la precedente y se superpone a la misma en unos dos tercios del ancho de la venda. Se usa vendaje en espiral en partes del cuerpo como dedos, brazos y piernas. 



Vuelta en espiral invertida o en espiga: Se usa para vendar partes cilíndricas del cuerpo que tienen circunferencia variable, como la pierna y en ocasiones el antebrazo. Se inicia el vendaje como si fuera en espiral y enseguida se vuelve hacia atrás, de modo que las vueltas se van superponiendo de forma cruzada. Así, cada vuelta será paralela a la anterior de la que le precede.



Vueltas en ocho: Se usa para vendar articulaciones. La venda se asegura con varias espirales o circulares por debajo de la articulación. A continuación, se realiza una vuelta hacia arriba en la articulación y se asegura con varias espirales o circulares en la parte superior. Después se alternarán vueltas ascendentes y descendentes cruzadas entre sí y superponiéndose a sus precedentes en dos tercios del ancho de la venda, de modo que se consiga cubrir todo el ancho de la articulación. Es especialmente útil para la rodilla.



Vuelta recurrente: Se utiliza para vendar o fijar un apósito en la cabeza, en un muñón o en un dedo. Después de fijar la venda con dos vueltas circulares en la porción proximal de la zona a vendar, se voltea el rollo para que quede perpendicular a las vueltas circulares y se hace pasar de atrás hacia delante y a la inversa, de forma que cada vuelta cubra una parte de la anterior, hasta que la zona queda totalmente cubierta. Para finalizar se fija por medio de vueltas circulares que cubran las iniciales.



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